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Eliminar el asma o vivir sin filterqueen

El número de personas con enfermedades alérgicas, como el asma bronquial, la rinoconjuntivitis y la dermatitis atópica, ha experimentando un importante crecimiento en las últimas cuatro décadas. El asma es una enfermedad que suele presentarse en los países ricos, y principalmente en las zonas urbanas. El tipo de vida de los países industrializados y el aumento del nivel socioeconómico, pueden ser dos razones para este importante aumento de pacientes según Filterqueen.

Según han demostrado recientes investigaciones, los factores ambientales y ecológicos son los responsables de afectar al sistema inmunitario del paciente, provocando estas enfermedades alérgicas, tales como el asma.

El factor genético no es, en este caso, causante del aumento del número de asmáticos en los países desarrollados. El estilo de vida, la alimentación y la exposición a contaminantes y alérgenos (tanto en el ambiente doméstico como en el exterior de nuestros hogares) provocan que aquellas personas genéticamente predispuestas a desarrollar asma, experimenten sus síntomas con mayor rapidez.

¿Qué aspectos del entorno afectan a los asmáticos?

Ha sido el estilo de vida de la sociedad occidental uno de los mayores culpables del aumento de niños asmáticos en los últimos cuarenta años. Los alérgenos se concentran más en el interior de nuestras viviendas, como los ácaros del polvo, los hongos ambientales y los pelos de nuestras mascotas.

Por eso es de vital importancia que los enfermos de asma extremen la higiene de sus hogares, utilizar frecuentemente sistemas de aspiración para eliminar el polvo y los posibles alérgenos, mejorar el aislamiento y los sistemas de aire acondicionado. Estas medidas nos ayudan a hacer frente al incremento de los contaminantes como el ozono, las partículas de diésel y el humo del tabaco.

La alimentación también debe ser vigilada, sobre todo entre las madres lactantes, ya que se ha observado que la falta de una buena nutrición en el recién nacido puede aumentar la probabilidad de padecer asma. Mantener la lactancia materna por encima de los cuatro meses reduciría ese riesgo hasta los seis años de edad, teniendo en cuenta que el sistema inmunitario todavía es inmaduro a estas edades.

Una vez de adultos, debemos incorporar a nuestra dieta un mayor número de alimentos antioxidantes, como las vitaminas A, C, E, minerales como el cinc o el selenio. También habrá menos posibilidades de sufrir asma si se ingiere en nuestra dieta ácidos grasos omega 3 y menos magnesio.

En cuanto a la exposición a las mascotas (perros o gatos) en edad temprana, algunos estudios han demostrado que puede ser positiva a la hora de proteger al niño en el desarrollo del asma. No pasa lo mismo con el humo del tabaco, cuyo contacto supone un alto riesgo de desarrollar asma e incluso contribuye al deterioro temprano de los pulmones.

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