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Las mejores luces para el dormitorio

No es ningún secreto que el dormitorio necesita de una luz especial que nos ayude a crear una atmósfera acogedora que invite al descanso. Sin embargo, en algunos lugares determinados, como es el caso de la zona de vestidor o del escritorio, necesitamos una luz puntual y lo suficientemente intensa como para poder iluminar este ambiente.

A continguación algunos trucos de experto sobre cómo iluminar el dormitorio.

Apliques o lámparas colgantes a cada lado de la cama
Uno de los espacios más importantes del dormitorio son los dos lados de la cama, donde están las mesitas auxiliares. Estos pequeños muebles son dos puntos de apoyo muy importantes. En ellos se dejan los accesorios más íntimos para evitar dar paseos en mitad de la noche en busca de un vaso de agua o esa novela que estamos leyendo para coger el sueño.

Pero además, en las mesitas de noche suelen estar también las lámparas de sobremesa. Estos dos espacios son muy importantes en el dormitorio para ocasiones puntuales, como por ejemplo si se suele leer en la cama o bien se quiere hojear una revista antes de levantarnos.

Una tendencia que gana cada día más adeptos es sustituir las tradicionales lámparas de sobremesa por apliques en la pared, situados a la altura del cabecero. Se trata de una estupenda forma de optimizar el espacio, sobre todo si el dormitorio es pequeño y no se puede colocar dos mesitas de noche.

En este sentido, se recomienda escoger dos apliques con brazo extensible que se puede mover al detalle. 

Otra idea interesante es optar por lámparas de techo colgantes que podemos situar justo a cada lado de la cama. Es una tendencia muy de moda, el inconveniente es que no se puede mover las lámparas.

Luz estética y de ambiente
Otro tipo de iluminación interesante es la luz decorativa, que ayude a destacar algún elemento en concreto de la habitación como puede ser una fotografía o una pintura.

Similar a la anterior es la luz ambiental, que no solamente trata de iluminar sino además nos ayuda a crear una atmósfera estimulante, cálida y acogedora. Algo fundamental en las habitaciones destinadas al descanso.

Para conseguirlo, nada mejor que recurrir a los apliques cuya luz debemos dirigir hacia la pared. De esta forma conseguimos una iluminación indirecta que resulta menos intensa y más acogedora que la luz directa.

Lo más importante al distribuir los puntos de luz en el dormitorio es tener claro qué zonas de la habitación solemos utilizar. Pero además, hay que tener en cuenta también las zonas que reciben luz natural. Porque así podremos utilizar las lámparas como elementos auxiliares, en aquellos rincones especialmente oscuros, donde no llega la luz del sol.

Vestidor y escritorio
Otro espacio igual de importante es el vestidor y el escritorio. Aquí las luces deben ser blancas, directas y dirigidas a zonas concretas. En el armario se recomienda ubicar focos en la parte superior del armario para evitar crear sombras cuando lo estamos utilizando.

Mientras que en la zona de estudio, lo ideal es contar con un flexo o una lámpara con brazo flexible que emita una luz blanca. La luz blanca activa el cerebro y proporciona una iluminación más intensa que el tono amarillo.

Una iluminación general
Por último, en el dormitorio tampoco debe faltar una iluminación general, ya sea con una lámpara de techo en el centro del dormitorio o bien con focos empotrados y distribuidos por toda la habitación. Esta iluminación debe ser lo suficientemente general como para iluminar todo el dormitorio para visitas concretas y puntuales.

El contenido de este comunicado fue publicado originalmente en la página web de Decorablog

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