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El Retiro: un día de turismo obligatorio en Madrid

El Parque del Retiro es un destino histórico para los turistas que buscan, en el corazón de la ciudad, un oasis de tranquilidad y belleza en el que escapar del ajetreo urbano y sumergirse en un mundo de naturaleza, arte y serenidad.

Con una extensión de 125 hectáreas, este icónico espacio verde en el centro de Madrid permite planificar todo un día de turismo original y único.

Muchos aprovechan los primeros rayos del sol que se filtran a través de las hojas de los árboles centenarios, creando juegos de luz y sombra en los senderos para comenzar su aventura por el pulmón de la capital. En otoño, además, puede tener un aire bucólico gracias a la niebla que a veces se posa en sus caminos. Una caminata matutina alrededor del estanque grande, conocido como el Estanque del Retiro, es una manera perfecta de comenzar.

A medida que avanza la mañana, el Paseo de la Argentina y el Paseo de las Estatuas despliegan toda una clase de arte. Estas galerías al aire libre presentan una impresionante colección de esculturas que rinden homenaje a la historia y la mitología. Entre las más destacadas se encuentra el imponente Ángel Caído, una escultura de Lucifer que se ha convertido en un símbolo del parque y donde, cada vez, más turistas se retratan.

El medio día trae consigo la oportunidad de disfrutar de un picnic bajo la sombra de los árboles. Los amplios prados invitan a los visitantes a extender una manta y deleitarse con un almuerzo rodeado de naturaleza. Sin embargo, por la zona existen opciones gastronómicas únicas que permiten al turista probar todo tipo de manjares españoles sin necesidad de estar en el suelo comiendo. “La gastronomía española es arte también. Para quienes llegan a nuestra ciudad es todo un reto ponerse al día con los sabores y propuestas que tenemos” comentan desde el Restaurante Casa de Fieras, frente al parque.

De vuelta al parque, El Palacio de Cristal es una joya arquitectónica que merece una visita por la tarde, cuando empieza a caer el sol. Este impresionante edificio de hierro y cristal fue diseñado como un invernadero y hoy alberga exposiciones de arte contemporáneo que sorprenden al paseante. Sus paredes transparentes permiten que la luz del sol bañe el interior, creando un entorno mágico para apreciar obras de arte en constante diálogo con la naturaleza circundante.

A medida que el sol se pone, los pasos deben dirigirse hacia el mirador junto al Monumento a Alfonso XII, que ofrece una vista panorámica del estanque y del horizonte urbano, convirtiéndose en el lugar perfecto para disfrutar del atardecer único de Madrid.

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