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La estimulación magnética transcraneal abre un nuevo camino para tratar los daños neurológicos

El número creciente de estudios clínicos a nivel mundial ha confirmado que la técnica de estimulación magnética transcraneal (EMT) es segura, indolora y causa muy pocos efectos adversos. Asimismo, está obteniendo muy buenos resultados clínicos a la hora de tratar ciertos daños neurológicos, como los secundarios al ICTUS o a ciertos traumatismos que pueden venir como causa de la Covid-19.

Con esta técnica no invasiva, que ayuda a disminuir las secuelas de algunos trastornos cerebrales, Centro Europeo de Neurociencias (CEN) ha reforzado su equipamiento con el objetivo de mejorar la calidad de vida los pacientes, que en muchos casos llevan meses o años desde que sufrieron la lesión cerebral sin notables avances. La EMT se emplea especialmente en aquellas personas donde otros tratamientos no han resultado efectivos.

Desde CEN, clínica referente en rehabilitación neurológica intensiva, aseguran que la EMT se ha mostrado una técnica eficaz para minimizar el dolor crónico o disminuir el impacto que algunas enfermedades neurológicas tienen en áreas como la cognición, el movimiento, las alteraciones del tono muscular o el habla. También se ha mostrado muy recomendable para el dolor neuropático –tras 10 sesiones se consigue reducir el dolor hasta un 49% y esto se mantiene meses después del tratamiento-; enfermedades neurodegenerativas, síntomas como la afasia (emisión del lenguaje), o la espasticidad (rigidez muscular con origen en un daño neurológico.

La técnica consiste en estimular determinadas áreas del cerebro mediante una corriente magnética. De esta forma, se estimulan las zonas corticales, cuyos impulsos reorganizan las neuronas. Las que no estaban funcionando consiguen mediante la EMT establecer nuevos contactos. Para el caso del ICTUS, por ejemplo, la mejoría es evidente en la rehabilitación de las funciones, especialmente, motoras. Un paciente que se alimenta mediante sonda, puede llegar tras cinco sesiones a volver a tragar por sí mismo. También en el lenguaje, una de las áreas mayormente afectadas, pueden lograrse mejoras significativas. Incluso meses después de haber sufrido el ICTUS.

Los expertos de CEN insisten en la importancia de evaluar cada caso de forma personalizada, ya que, en algunos de epilepsia, embarazo u otros, esta técnica puede estar contraindicada. El profesional sanitario, además, ha de establecer qué zonas necesitan ser activadas, o inhibidas, ya que el proceso se puede realizar de dos formas: estimulando el área dañada del cerebro para tratar de mejorar su función, o estimular otra área cerebral diferente para compensar la función del área dañada, el número de sesiones, la frecuencia, etc.

“Es importante recalcar que cada paciente es único y diferente y las características del tratamiento han de adaptarse a la persona. Para ello, nuestro equipo de neurólogos plantea siempre una primera consulta inicial en la que se valora la posibilidad de utilizar o no la EMT, y se estudia, dado el trastorno neurológico concreto, el mejor protocolo y forma de estimulación cerebral”, indica José López Sánchez, Cofundador y Director Técnico de CEN.

Centro Europeo de Neurociencias combina técnicas de neuromodulación a través de estimulación transcraneal (tDCS y TMS) con electroestimulación funcional y, por supuesto terapia intensiva en base a las evidencias clínicas. Más información sobre los tratamientos de EMT en https://www.eneurocenter.com/uso-de-estimulacion-magnetica-transcraneal-en-logopedia/

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