Una instalación eléctrica anticuada o deteriorada es un peligro potencial para cualquier vivienda o local comercial. No en vano, la reforma de esta instalación es una de las más demandadas en la actualidad. Los principales motivos suelen ser dos: la seguridad y la mejora de la eficiencia energética.

Cualquier empresa de reformas económica en Madrid que acometa la sustitución o modificación de una instalación eléctrica tendrá que regirse por el reglamento electrotécnico de baja tensión (REBT). En este documento se recoge la normativa actual que se debe seguir para regular el sistema eléctrico de una vivienda.

¿Cuándo reformar la instalación eléctrica?

Hay tres elementos que manifiestan que la instalación eléctrica aún no necesita una reforma:

Materiales homologados
Instalación con toma de tierra
Correcto funcionamiento

Si se dan estos tres casos, es probable que no sea necesaria la reforma de la instalación eléctrica. No obstante, los primeros indicios que nos deben llevar a este tipo de trabajos es la aparición de chispas en un interruptor o en un enchufe suelto o roto. En una situación como esta, es obligatorio contactar con una empresa de electricidad para la sustitución de estos elementos.

Por otro lado, si un técnico cualificado comprueba que los cables de la instalación están envueltos con materiales textiles o posee cables del mismo color, también será necesaria la reforma de la instalación. En ambos casos, lo más probable es que se trate de un sistema eléctrico antiguo que ya no cumple con la normativa vigente.

Ni que decir tiene que si al encender las luces se percibe un olor a quemado, es evidente que también habría que reformar la instalación eléctrica de manera urgente.

Los expertos recomiendan renovar la instalación eléctrica de una vivienda a los 30 años de la construcción de esta. No obstante, también hay que decir que el mejor momento para sustituir la instalación eléctrica del hogar es durante una reforma integral.

La renovación de la instalación eléctrica

La reforma de la instalación eléctrica de la vivienda va a repercutir en una serie de ventajas para el hogar. En primer lugar, hay que hablar de la seguridad que va a aportar la instalación nueva. Además, la reforma se adaptará a la legalidad vigente, por lo que el funcionamiento de la misma será el más adecuado.

Al mismo tiempo, al reformar el sistema eléctrico de la vivienda se va a obtener un ahorro energético importante. De esta manera, el uso eficiente de la energía con el nuevo sistema supondrá un ahorro mensual en la factura de la luz.

Los electricistas en Madrid pertenecientes a la empresa DARSA nos aconsejan, que siempre que se lleve a cabo una reforma de la instalación eléctrica se utilice herramientas así como materiales homologados. Es muy importante antes de comenzar los trabajos tener muy en cuenta dónde se desean colocar o reubicar los interruptores y enchufes. El técnico cualificado puede dar una serie de indicaciones, aunque lo mejor es que seamos nosotros los que le indiquemos los lugares en los que nos gustaría situar estos elementos.

Por lo general, los interruptores deben estar situados a 1,10 metros del suelo y los enchufes a unos 20 centímetros del mismo. A partir de estas medidas mínimas, todo irá en función de las necesidades de cada uno y el tipo de estancia en el que se van a colocar. Precisamente, tanto en las reformas de baños como en las de cocinas habrá que prestar especial atención a la colocación de estos elementos.

Las tomas de corriente en el baño, por ejemplo, deben estar situadas al menos a una distancia de un metro con respecto de la bañera, el lavabo o cualquier fuente de agua, ya que cualquier salpicadura puede derivar en un cortocircuito.

Sí es de obligado cumplimiento en las reformas de viviendas que todos los interruptores y enchufes vayan en su línea. Además, cada cable debe partir de su interruptor del cuadro eléctrico.

En definitiva, en muchas ocasiones se hace necesaria la reforma de la instalación eléctrica de la vivienda por motivos de seguridad. Las conducciones eléctricas actuales integran una serie de mecanismos de seguridad y protección que actúan ante posibles incendios, cortocircuitos y demás problemas eléctricos.

Pero además, el cambio en la instalación es muy beneficioso desde el punto de vista económico. No en vano, estamos hablando de dotar a la vivienda de una mayor eficiencia energética, lo que va a suponer un importante ahorro en la factura de la luz.