La necesidad actual de reducir los costes del consumo de energía sin cambiar la productividad y minimizando el impacto ambiental, ha llevado a una mayor conciencia entre las empresas a la hora de desarrollar programas de eficiencia energética. Por lo tanto, es de importancia que los empleados participen individual y colectivamente en la optimización del uso de las instalaciones y lugares de trabajo.

“Fomentar una cultura de eficiencia energética y de consumo responsable debe practicarse en todas las empresas. Para ello, es conveniente realizar campañas divulgativas e informativas, para que el trabajador entienda y respete las políticas del buen uso de la energía”, afirma Jofel Carregui, Director General de Energer.

En este sentido, es conveniente realizar una evaluación exhaustiva del gasto de energía en el centro de trabajo, de forma que se puedan identificar patrones de consumo y oportunidades de mejora en áreas como iluminación, ventilación, climatización, así como en el uso y mantenimiento de maquinaria y equipos.

Una vez identificadas las áreas donde no se optimiza la energía, la dirección de la empresa podrá tomar medidas y definir un plan de ahorro. Por ejemplo, valorar si es necesario renovar los equipos por modelos más eficientes como los certificados con la etiqueta clase A de ahorro energético. El seguimiento del gasto energético debe realizarse periódicamente en busca de anomalías, sobretensiones, excesos de potencia, averías en las instalaciones… con la finalidad de que se obtengan los mejores resultados en la actividad, empleando la menor cantidad posible de recursos.

Por otra parte, es importante fomentar y otorgar un papel activo a los empleados en la reducción del consumo energético en la empresa. Acciones cotidianas como apagar las luces al salir de una sala, desconectar los equipos electrónicos al finalizar la jornada o cerrar las ventanas cuando se enciende el aire acondicionado, pueden ser determinantes para alcanzar los objetivos.

Esta implicación por parte de los empleados puede lograrse a través de campañas de concienciación y formación que den a conocer las medidas, o mediante un plan de incentivos que ofrezca premios y reconocimientos a aquellos que reduzcan su consumo de energía o que propongan ideas para mejorar la eficiencia energética.

Para el Director General de Energer, “la contribución de los empleados en este aspecto es beneficioso a todos los niveles: rentabilidad, medio ambiente… Además, la adopción de estas prácticas repercute en la percepción positiva de la empresa por parte de los propios trabajadores, los clientes y la sociedad en general”.