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Obesidad infantil en España, aún sin explicar. ¿En qué estamos fallando?


Un estudio recientemente publicado cuestiona los conocimientos actuales que se tienen sobre las posibles causas de la obesidad infantil en nuestro país, y critica la falta de eficacia de las estrategias que se están llevando a cabo para intentar frenar esta epidemia.

 

Madrid, enero de 2017.-

La obesidad ya ha sido considerada por multitud de expertos como una verdadera epidemia de nuestro siglo, al mismo tiempo que millones de personas mueren por falta de alimento en el mundo. La obesidad infantil, en concreto, es una situación en la que se centran muchos de los esfuerzos de los investigadores, que intentan conocer sus posibles causas e intentan atajar los problemas de salud relacionados, pero… ¿están apuntando en la dirección correcta?

 

PROFUNDIZAR Y PERSONALIZACIÓN. Agentes, que se va a hacer/ hecho

Intentemos, por un momento, pensar en los factores que podrían intervenir en esta obesidad: la alimentación, la falta de ejercicio físico, el sedentarismo, la baja calidad del sueño, la herencia y genética, el estrés… La inmensa mayoría de los estudios científicos actuales se centran en estudiar estos posibles agentes de forma individual, o agrupando varios de ellos, para intentar explicar de forma simple cuál o cuáles son las causas del exceso de peso en los niños y niñas. Ahora, demos un paso más y dividamos a estos niños y niñas en aquellos que tienen exceso ponderal (sobrepeso y obesidad) y aquellos que tienen un peso dentro de la normalidad (normpeso), y veamos si uno de los 2 grupos cumple mejor con estos factores de riesgo y, supuestamente, de sufrir esta obesidad.

 

¿Cuál es el resultado? ¿Existe una causa evidente de la obesidad infantil?

“Aunque podría parecer obvio, la realidad no está tan clara ni siempre debería reducirse a algo tan simple”, afirma Victor Paredes, Investigador y autor del estudio publicado en el último número de la Revista de Pediatría en Atención Primaria. En dicho estudio se observó de forma retrospectiva a 101 escolares de Madrid, con una edad media de 10 años, analizando tanto su estado físico como los diversos factores (modificables y no modificables) que podrían ser causa de su situación ponderal en aquel momento. Entre los factores modificables, se estudiaron los componentes dietéticos, de actividad física, sedentarismo, sueño y autopercepción de su peso e imagen corporal. Los resultados no podrían ser más desconcertantes: los únicos que cumplían con las 4 recomendaciones sobre dieta, sedentarismo, actividad física y sueño (y que, en teoría, les situaba en posición de bajo riesgo de tener exceso ponderal) eran niños y niñas con sobrepeso. En cambio, los niños que peor cumplían las recomendaciones eran niños con un peso normal para su edad.  Por otra parte, el componente genético tampoco parecía ser decisivo a la hora de clasificar a los niños en función del peso de sus padres: no había correlación aparente entre el peso percibido del padre o de la madre y la situación ponderal del niño.

 

“No hemos observado que menos horas de sueño en los niños se relacione con más obesidad”

 

“Es una línea que investigamos desde hace años”, asegura el Dr. Ismael San Mauro, también autor del trabajo. “Si pensamos en un niño que come bien frente al que no come bien, lo lógico es pensar que aquel que come bien tendrá menos posibilidades de ser obeso y si además hace ejercicio, aun menos. Sumando un bajo sedentarismo y unas horas adecuadas de sueño, el resultado sería excelente en cuanto al peso, ¿cierto? Pues… parece que no. Cuando vamos a los colegios, dividimos a los niños por el percentil del peso, y analizamos de forma multifactorial todos estos 4 hábitos a la vez, observamos que no, lo que sí que se observa, en cambio, cuando se estudian de forma aislada. Es por ello que en el estudio piloto queríamos incorporar el factor herencia, pero no existe una gran colaboración por parte de los padres a la hora de colaborar en este tipo de trabajos, por lo que solo lo pudimos medir de forma indirecta con escalas visuales de cómo los niños identificaban a sus padres”. Quizás uno de los problemas a la hora de abordar este tema, es la dificultad de publicar artículos científicos con resultados negativos o no significativos, lo cual lleva a repetir una y otra vez, las mismas preguntas y llegar a resultados parecidos. Incluso de forma aislada, no multifactorial, hemos analizado uno de estos factores en más de 500 niños y adolescentes, observando que no hay diferencias, para lo cual es necesario el debate y revistas que aboguen por la publicación de todos los datos, incluidos los negativos o no significativos, afirma el Investigador.

La obesidad infantil es algo que, hace menos de un siglo, era prácticamente impensable para nuestros abuelos y que por desgracia se ha convertido en una realidad desoladora y un verdadero dilema para los profesionales de la salud: cómo evitar que una persona arrastre esta situación de obesidad y otras enfermedades asociadas a la edad adulta.

Al fin y al cabo, para determinar causas concretas de un problema tan importante como la obesidad infantil se requieren muchos más estudios, de tipo prospectivo y multifactorial, que tengan en cuenta al individuo no como un ente aislado, sino como una suma de multitud de sistemas biológicos, con una herencia determinada y situado en un ambiente concreto.

Los Centros de Investigación en Nutrición y Salud son el fruto del trabajo de un grupo de profesionales de la ciencia de la nutrición y biomedicina. Trabajamos en la ciencia de la nutrición y la salud como un conjunto para mejorar el bienestar de toda la población desde hace más de 7 años.

 

Para más información / For further information:

 

Contacto Comunicación: Ismael San Mauro

email info@grupocinusa.com

Telf. 617765976

Paseo de la Habana, 43

Madrid (Madrid)

 

 

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Fuente Noticia TusMedios.es

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