Actualmente, cualquier persona o empresa puede tener una web fácilmente y por muy poco dinero (incluso gratis).

Si eres un estudiante que quiere empezar a forjar su marca personal, necesitas una web. Si eres empresario o profesional, tienes que tener presencia en la red. Los clientes te buscarán en Google antes de contratarte. Eres investigador, escritor, profesor o experto en cualquier materia y quieres publicar tus propios artículos. Nada mejor que un blog para ello. Ese será tu sitio único y exclusivo para comunicarte con el mundo.

Y en todos estos ejemplos, lo estarás haciendo bajo tu propio dominio, una dirección exclusiva registrada a tu nombre, que también te aportará un correo electrónico personalizado.

¿Qué necesito para tener una web propia?

Lo primero es elegir un buen nombre de dominio. Dedica algún tiempo a ello. El dominio debe ser corto y conectar con nuestra marca. Lo ideal es que el dominio se asemeje lo más posible a ella. Si queremos cultivar la marca personal, lo ideal es utilizar nuestro propio nombre y apellido o una marca que nos identifique.

El dominio tiene que estar libre y hay que gestionarlo con un registrador autorizado. Lo mejor es tener el dominio y el hosting contratado con el mismo proveedor.

El hosting es lo segundo que necesitamos, ya que la web tiene que estar alojada en un servidor. Para empezar, tenemos la opción de un alojamiento web gratis.

Un servidor de hosting ofrece diferentes soluciones de alojamiento. Las necesidades son diferentes según cada web. Un comercio electrónico requiere más espacio y mejores servidores que una web pequeña estática. Según el tráfico que tengamos y el uso, necesitaremos más espacio, memoria ram, etc.

También hay que valorar que el servidor de hosting ofrezca servicios valiosos como la instalación en un clic de CMS, como WordPress o PrestaShop.