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Un 20% de las familias expatriadas habría sentido rechazo al hablar español

La startup Diluu, especializada en enseñar el español, principalmente, a los hijos de familias expatriadas repartidas por todo el mundo, ha elaborado el “Primer Informe Diluu sobre el español en el mundo” para analizar si existen tabús relacionados con la lengua española fuera de sus fronteras, es decir, en aquellos destinos donde no es considerada lengua oficial.

La encuesta realizada entre los padres de alumnos adheridos a esta plataforma educativa online, busca además valorar si las familias que viven fuera apuestan o no por mantener el nexo con la lengua de origen maternal o paternal, si tienen dificultades para hacerlo, si han sufrido en alguna ocasión algún rechazo por ello o si sus hijos disfrutan aprendiéndolo. 

El español no tiene tabú en el mundo

Entre sus conclusiones destaca que, pese a que un 93 % de los encuestados cree que no hay tabú alrededor del idioma español en el país donde vive actualmente, cerca de un 20 % de ellos sí reconoce que alguna vez se ha sentido rechazado al hablar español en su entorno actual, aunque reconoce que ha sido en ocasiones muy puntuales.

En definitiva, un alto porcentaje de los entrevistados considera que se valora de forma positiva el idioma español fuera de sus fronteras, tanto en el ámbito educativo y/o escolar, como en el contexto social.

Conexión con la cultura y mejor comunicación en el entorno familiar

Según Evelyn, peruana residente en Alemania: “Mi hija se siente más cómoda, segura y feliz de poder entender, escribir y hablar el idioma español, ahora no solamente conmigo o con la familia sino también con otras personas hispanohablantes. Y eso le ha ayudado mucho a entender más y mejor mi cultura de nacimiento y aceptar que ella también es parte de ello”. 

Un 87,6% de los hispanohablantes destaca que estiman muy relevante transmitir su cultura a sus descendientes y, también lo ven una herramienta para favorecer la comunicación con los familiares ubicados en los países de origen de los progenitores expatriados.

“Mantener mi lengua materna con mis hijos es un gran regalo para ellos y para mi familia”, explica Ana Patricia, una ecuatoriana residente en Suiza. “Aunque vivamos fuera el español es para mí el idioma de los sentimientos” añade.

Beatriz, una española afincada en Reino Unido, comenta al respecto que mantener vivo el español en casa ayuda a sus hijos a conectar con su familia y con su identidad. “También ofrece una conexión con sus tradiciones culturales y con amigos y vecinos que también hablan esa lengua. Hablar en mi idioma me permite enseñar a mis hijos y aprender cosas nuevas juntos” añade. 

Según las conclusiones que se desprenden de este informe un 100% de los participantes cree que es positivo que sus hijos aprendan el español, ya que así tendrán más oportunidades laborales en su futuro y un mejor desarrollo personal e intelectual en los países de residencia.

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