Las cervezas no se han elaborado siempre con lúpulo. Hasta hace 500 años, antes de la masificación para la producción cervecera de dicha planta, se utilizaba un preparado de milenrama, myrica y artemisa, que daba a la bebida más graduación alcohólica y menos amargura. La mezcla de hierbas se llamaba gruit. Con la introducción del decreto del lúpulo como base de la elaboración (después de una larga batalla comercial), la cerveza de gruit se fue perdiendo en las páginas de la historia de la bebida fermentada.
A pesar de todo, hace unos años, la antigua y secreta receta medieval ha ido volviendo al mercado gracias a pequeñas industrias familiares, principalmente en Bélgica. Y ahora llega a Cataluña gracias a un nuevo distribuidor de Castellbell i el Vilar, Gruit Projects SL. Se trata de un proyecto empresarial dirigido por Jordi Torras, que se propone dar a conocer una nueva versión de la bebida más popular.
“Queremos recuperar los valores, la historia, la tradición de un estilo de hacer cerveza”, dice Torras, que está introduciendo lentamente en Cataluña la cerveza de gruit de la maestra Annick de Splenter, la última de una larga estirpe de maestros cerveceros flamencos. De Splenter reinició la producción de la cerveza de gruit hace tres años, en una reintroducción más amplia de la vieja fórmula cervecera que ya está teniendo seguidores en Escocia y Estados Unidos, donde atentos a la fabricación de moda, ya se celebra el Gruit Day. Gruit es justamente el nombre comercial con que esta nueva cerveza llega al mercado local y con el que Gruit Projects pretende llegar al resto de la península.
“Las Gruit son ales, cervezas de alta fermentación, de grado alcohólico superior, de aromas y sabores completos”, dice Jordi Torras. Como lo demuestran los cinco estilos diferentes: Wit, Blond, Amber, Inferno y Bruin, cinco estilos para los paladares que buscan toques de caramelo o castaña, o una bebida más carbonatada.
Torras, aficionado a la producción casera de cerveza, se introdujo en este negocio de importación y distribución a través de su hermana, que había vivido en Bélgica. “Vi en seguida el potencial del negocio, y trabajé todo el año pasado en este proyecto”.
Las cervezas Gruit se están dando a conocer en lo que se ha llamado “Gruit on Tour”: pequeñas degustaciones en diferentes locales catalanes para introducir el nuevo sabor y, a su vez, el nuevo proyecto empresarial. De momento, Torras dice haber distribuido unas 9.000 botellas de una cerveza nacida hace tres años y elaborada por los mismos productores de marcas como Liefmans, Riva Blanche, Lucifer o Straffe Hendrik.
Gruit, que se comercializa en botellas de 33cl y en barriles, ya se puede encontrar en diferentes establecimientos de Barcelona y la Cataluña Central. En Manresa, en la Taverna del Gat, la Taverna dels Predicadors o en el Setè Cel, donde se pueden adquirir estuches con los cinco estilos de las nuevas cervezas Gruit.

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