Según el diario ‘Liberté’, Argelia goza en estos momentos de amplios superávits fiscales que le permiten dedicar crecientes cantidades de inversión pública a grandes proyectos de construcción de infraestructuras y ampliación del parque de viviendas. En consecuencia, el consumo de cemento está creciendo a un ritmo anual medio del 5% que la producción nacional, sin embargo, no es capaz de seguir, por lo que el país se ve obligado a recurrir cada vez más a las importaciones.

Por su parte,  ‘El Moudjahid’, citando el último informe del ‘Global Cement Directory’, destaca que “la capacidad de producción de cemento de Argelia asciende a unos 21 millones de toneladas al año, lo que sitúa al país entre los 20 primeros productores de cemento del mundo”. Sin embargo, la demanda supera a la oferta nacional en unos cinco millones de toneladas anuales, que han de importarse. En 2013, el valor de las importaciones argelinas de cemento alcanzó los 290 millones de euros, un 26% más que el año anterior.

España es en la actualidad el segundo proveedor de Argelia, por detrás de Francia, y las perspectivas de crecimiento son muy prometedoras. En 2013, España exportó a Argelia 1,23 millones de toneladas de cementos hidráulicos (un 54,3% más que el año anterior), por un valor total de 56 millones de euros, un incremento del 58,2% respecto a 2012, que había registrado a su vez un crecimiento interanual del 85,1%. Las ventas a Argelia, en franca expansión desde 2010, representaron en 2013 el 92,3% del valor total de la exportación española de cemento al Magreb.

Para poder afrontar la fuerte demanda, la entidad pública Grupo Industrial de Cementos de Argelia (GICA), propietaria de 12 cementeras en el país, tiene previsto aumentar su capacidad de producción anual de 11,5 millones de toneladas a 26 millones de aquí al año 2017, poniendo en servicio diez nuevas líneas de producción, con una inversión total estimada de 1.400 millones de euros. Cuatro de estas líneas se instalarán en dos fábricas nuevas y las seis restantes en plantas ya existentes.

La idea es aumentar la capacidad de producción de cemento del país recurriendo a la inversión extranjera a través de la creación de sociedades de capital mixto para, en última instancia, lograr que Argelia deje de importar cemento y se convierta en exportador. “De aquí a tres o cuatro años no habrá ya crisis cementera y hasta suspenderemos las importaciones”, declaró en febrero pasado el ministro argelino de Desarrollo Industrial y Promoción de la inversión, Amara Benyounès, con ocasión del anuncio de la toma del 49% del capital de la empresa privada argelina Hodna Cement Company por la cementera sudafricana Pretoria Portland Cement Limited (PPC) y el anuncio de que la nueva empresa conjunta construiría una fábrica de cemento que estará en condiciones de producir dos millones de toneladas anuales a finales de 2016.

Oportunidades en la construcción

El rápido crecimiento de las necesidades de vivienda de Argelia viene impulsado por la presión demográfica (la población del país se ha duplicado desde 1980, alcanzando los 38 millones de habitantes de hoy, en su mayoría menores de 30 años) y la migración interior, que ha ampliado la población urbana hasta el 73,7% del total, apareciendo problemas de chabolismo e infravivienda. Con la intención de atajar este problema  nació el Plan Quinquenal de Inversión Pública 2010-2014, que en el capítulo de vivienda prevé la construcción de dos millones de apartamentos de diverso tipo, de los que 1,2 deberán ser entregados durante la vigencia del plan, y los restantes 880.000 tienen que estar iniciados antes de concluir 2014.

Como indica el diario ‘El Djazair’, el gobierno argelino ha dejado de lado su tradicional sesgo nacionalista en materia económica y ha solicitado formalmente la participación de empresas extranjeras en el programa. Así, España, Portugal, Italia, China e Irán han mostrado su interés y suscrito acuerdos con la SGP -sociedad de gestión de participaciones del Estado argelino- Indjab, responsable de la realización del programa de viviendas en el marco del plan quinquenal, así como de impulsar la creación de sociedades conjuntas que aseguren transferencia de tecnología extranjera a Argelia. Por medio de estos acuerdos de partenariado, Indjab espera incrementar su ritmo de construcción de 8.000 a 12.000 viviendas al año. “Con la ayuda de nuestros socios, podremos alcanzar este objetivo y garantizar viviendas de calidad conformes a las normas internacionales”, destaca Mohamed Yassine Hafiane, presidente del consejo de administración de la compañía.

La fórmula de inversión preferida por el Ejecutivo argelino es la creación de empresas de capital mixto según la normativa vigente, que reserva un 51% del capital al socio nacional. Argelia busca fundamentalmente empresas con experiencia, capaces de desplazar técnicos y directivos expertos, y que cuenten con los contactos necesarios para suministrar rápida y eficazmente maquinaria, técnicas y materiales de última generación. Los socios locales suelen aportar los contratos de construcción, capital, maquinaria pesada, relaciones con la banca argelina y personal laboral. Se trata de un acuerdo complejo al que las autoridades locales han dotado progresivamente de mayor seguridad jurídica en el marco de las negociaciones para el ingreso de Argelia en la Organización Mundial del Comercio (OMC).

Las primeras empresas españolas en incorporarse a este proyecto en enero de 2013, a raíz del protocolo de entendimiento suscrito por el Ministerio de Fomento de España con el Ministerio de Vivienda y Urbanismo de Argelia, fueron Assignia y Grupo Ortiz, encargadas cada una de la construcción de 5.000 viviendas (ampliable hasta 10.000) en un plazo de cinco años.

Grupo Ortiz construye estas viviendas a partir de paneles de hormigón prefabricado, y el acuerdo de joint-venture contempla específicamente la instalación de una planta de prefabricado en Argel con tecnología española.

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