Cambios legislativos, nuevas imposiciones fiscales, nuevas fórmulas para pedir subvenciones, plazos para presentación de documentación… son muchas las imposiciones fiscales y económicas que hoy en día tienen familias y pequeños empresarios.

Tanto es así, que cada vez son más los que optan por contratar un contable que pueda ser capaz de tomar decisiones estratégicas para garantizar no solo la legalidad financiera sino la transparencia y la rentabilidad.

¿Realmente necesita uno particular? ¿Se llega a sacar partido a sus servicios?

En realidad la respuesta a ambas preguntas es sí. “Uno de los desafíos más importantes para cualquier particular es cumplir con las regulaciones fiscales y legales. Un contable capacitado puede asegurarse de que se cumplan todas las obligaciones tributarias, evitando sanciones y multas innecesarias. Pero también es capaz de gestionar los recursos con los que se cuenta de forma efectiva para reducir costes, optimizar alguna inversión y, en definitiva, mejorar la rentabilidad de las cuentas de las familias” explican desde Asesoría Marroquina.

La base está en varios puntos

1. Planificación financiera: se crea un plan financiero a corto y medio plazo en el que se incluyen objetivos de ahorro, por ejemplo para estudios o jubilación, inversiones o gastos adicionales, entre otros.
2. Análisis: el contable realizará un análisis financiero para determinar el estado de las cuentas y crear un balance general que hable y muestre la salud financiera actual y las opciones del futuro que pueden plantearse.
3. Asesoramiento: su función, principal, será la de asesorar en decisiones importantes que pueden servir para la compra de activos, la liquidación o petición de préstamos y financiación para ciertos proyectos e incluso a la hora de conseguir liquidez con la venta de los bienes.

Es clave para estos profesionales llevar un registro de transacciones que deje constancia documental de los movimientos de cara a las obligaciones fiscales, la presentación de impuestos aprovechando incluso deducciones o créditos fiscales, usar la tecnología financiera para evaluar las opciones y mejores decisiones de cara al ahorro y comunicarse con los clientes de forma efectiva para que conozcan las opciones en cada momento. La economía y su entorno está en constante cambio. Contar con alguien que pueda sacarle partido puede ser clave.