La comunicación: la siembra para la recuperación económica

El novelista francés Honoré de Balzac escribió que, en las grandes crisis, el corazón se rompe o se curte. Las empresas, y no solo sus cuentas sino también su imagen y su reputación, quedarán arrasadas o fortalecidas cuando pase este temporal y se aviste un nuevo horizonte. Y la diferencia entre quedarse a un lado u otro de la línea de batalla puede ser precisamente la COMUNICACIÓN.

Cuando se estabilice la crisis -y algunas voces ya reclaman su proximidad-, las empresas que quieran sobrevivir tendrán que adaptarse a los nuevos modelos y mercados, y saber comunicar sus estrategias y las de sus clientes.

No vale solo con estar bien posicionado en el sector económico que corresponda, ni invertir en i+D. Tampoco es suficiente ser una empresa sostenible y comprometida con las políticas de conciliación familiar y la igualdad. Porque no solo tiene que serlo, además tiene que parecerlo. El público ha de saberlo, y la comunicación será la forma de compartirlo, el altavoz para transmitir a una sociedad inundada de mensajes.

Cuando culmine la recuperación, la comunicación va ser la diferencia de las empresas de éxito. Las que hayan sobrevivido el embate económico tienen que invertir en comunicación, con unos costes ahora más bajos que nunca, para poder “gritar” al mundo que están ahí, y que sus profesionales, proyectos e ideas no se han desvanecido ni resquebrajado por el camino. Hoy, son aún más fuertes. Han curtido también su corazón.

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