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Kipin Energy recomienda 9 sencillas formas para contribuir a la reducción de la huella ecológica

Encender la televisión, coger el coche o simplemente abrir el grifo de agua son acciones cotidiana y su impacto en el medio ambiente sin ser conscientes. Sin embargo, un consumo básico que permita alcanzar el bienestar, muchas veces se convierte en un consumo desmedido que perjudica a la naturaleza y que está relacionado con la huella medioambiental del ser humano .

Esta huella medioambiental o ecológica es un indicador que permite conocer cómo afecta a la forma de vida al entorno, así como calcular la superficie necesaria para satisfacer el consumo y asimilar los residuos generados. En este sentido, minimizarla es posible y depende de todos, evitando malgastar más energía de la que en realidad necesitamos.

Desde Kipin Energy, comercializadora que suministra energía 100% verde procedente de fuentes naturales, recuerdan la importancia de cuidar la salud medioambiental del planeta a través de 9 sencillas acciones que ahorran energía y ayudan a reducir la huella medioambiental:

Vigilar el consumo de los electrodomésticos del hogar. Hoy en día, existe una amplia oferta de electrodomésticos que son considerados como eficientes, aquellos de clase A+ o superior, ya que su consumo de energía es menor que el de otros. Además, la vida útil de estos electrodomésticos supera los 10 años, lo que permite amortizar su coste. Para saber si un electrodoméstico entra en esa categoría, hay que fijarse en su etiqueta energética.

Evitar dejar aparatos en stand-by. Dejar la televisión, la cafetera o el ordenador en stand-by, en vez de apagarlo, es una práctica habitual que, a la hora de la verdad, esconde cierto consumo fantasma. Hasta tal punto que, según la Agencia Internacional de la Energía, los aparatos en “modo de espera” pueden suponer entre un 5-10% del total de la energía consumida.

Asegurarse de que no hay regletas o cables enchufados. En todos los hogares existe alguna regleta o cable enchufado, que no se está utilizando. Al contrario de lo que se piensa, esta práctica no evita que se siga consumiendo energía. Desde la OCU aconsejan desenchufar completamente cualquier aparato, cuando no se esté utilizando o contar con regletas con interruptor que permitan su apagado completo.

Revisar las bombillas. Las bombillas que se utilizan son uno de los puntos donde más energía se desperdicia. Las viejas bombillas, debido a su diseño, convierten en calor gran parte de los watios, por lo que es recomendable cambiarlas por bombillas LED que llegan a consumir 10 veces menos de energía y su duración es mucho mayor.

Lavar en frío. A la hora de poner la lavadora es aconsejable evitar programas de lavado que utilicen una temperatura muy alta porque la mayor parte de la energía que consume este electrodoméstico lo hace al calentar el agua, en concreto entre el 80-85% según el Ministerio de Transición Ecológica. La mejor opción es apostar por lavar en frío, aunque ahora con la Covid-19 sea complicado (al recomendar los expertos lavar la ropa a más de 60º para evitar su transmisión).

Cuidado con la temperatura del hogar. Nadie quiere pasar calor en verano ni frío en invierno, por lo que se suele abusar del aire acondicionado y de la calefacción. Estos comportamientos que parecen inofensivos en realidad están perjudicando al medio ambiente. Según el IDAE, la temperatura ideal sería de 21-23°C por el día y 17°C por la noche. En el caso del aire acondicionado, la OCU destaca que, para lograr una sensación agradable en el interior de una vivienda, la temperatura debe ser 5ºC inferior a la exterior.

Cuidar el consumo de energía eléctrica. En cualquier hogar existen multitud de aparatos eléctricos que ahorran tiempo y esfuerzo para realizar algunas de las actividades cotidianas. Sin embargo, ese ahorro conlleva un consumo de energía y su consiguiente impacto en el medio ambiente. Colgar la ropa al sol en vez de utilizar la secadora o lavar los platos para evitar utilizar el lavavajillas son algunas de esas acciones que se pueden hacer para ahorrar energía.

Apagar la vitro unos minutos antes de que la comida esté lista. ¿El motivo? Una vez apagada, su calor residual terminará de cocinar la comida. De esta manera, y con este simple gesto, se consigue ahorrar energía y, por tanto, reducir la huella ecológica.

Cuidado con las pantallas grandes. El consumo de una pantalla es proporcional al de su tamaño. Por ejemplo, una televisión con pantalla LCD de 20” consume entre 45 y 65 W, mientras que si tiene 32” su consumo llega a los 115-160 W, según el Ministerio de Transición Ecológica.

Guillermo García–Baragaño, director general de Kipin Energy, destaca que “nuestra actividad tiene impacto sobre los recursos finitos que nos ofrece la naturaleza. Las personas somos las únicas responsables de conseguir que el futuro del planeta sea más sostenible, por lo que es fundamental que todos aportemos nuestro granito de arena. Pequeñas acciones diarias que impliquen ahorro de energía pueden contribuir a reducir la huella ecológica y permiten que la naturaleza regenere sus recursos. Por tanto, reducir la huella medioambiental es una prioridad insalvable. Desde Kipin Energy, apostamos por el consumo de una energía 100% verde y disponemos de un servicio de asesoría energética personalizado, como Kipin Touch, que ayuda a hacer un uso más eficiente”.

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