Atlas Air, Emirates, Turkish Airlines…son muchas las aerolíneas internacionales que están en busca de pilotos para poder contratar.

Después del parón que supuso para la aviación la llegada de la pandemia a nivel mundial, parece que, a ritmo constante, aunque no tan rápido como gustaría al sector, el turismo vuelve a ponerse en marcha y, con ello, las propias aerolíneas que estaban aletargadas.

Pese a que el número de vuelos operados hoy en día aún no está en los niveles de 2019, se espera que cojan velocidad a partir de 2022 y, por ello, son muchas las compañías que ya están poniendo en marcha sus procesos de selección para contratar nuevos pilotos que operen nuevas rutas.

“La formación de pilotos es cada vez más exigente. Nosotros operamos y formamos desde Cuatro Vientos, uno de los mejores enclaves de Europa para ello por sus condiciones meteorológicas ya que permiten volar más de 300 días al año. Ponemos así a prueba a los pilotos en formación en las aeronaves, aplicando la teoría a la práctica, el verdadero reto” explican desde Aerofan.

Aunque el sueño de muchos de los más de 3900 pilotos formados en esta escuela es hacerse con los mandos de un avión comercial, ha sido precisamente también la pandemia la que ha incrementado la demanda de los pilotos de vuelos privados y también de los de tripulante de cabina, una demanda creciente también que se une a la de la renovación y reciclaje profesional de algunos que tuvieron que dejar el sector y buscar oportunidades en otro.

La tecnología está siendo clave en la formación de los pilotos y TCP

Si hay algo que también ha llegado a este sector formativo es la tecnología. Gracias a simuladores se consiguen poner a prueba las capacidades y habilidades de los profesionales sin riesgo alguno, preparándolos en tierra para condiciones en el aire que podrían poner en peligro al pasaje.

“Algo tan básico como aprender con seguridad es clave y eso se ha conseguido gracias a la tecnología. Cada vez es más importante formar a los futuros profesionales del sector aprovechando todas las herramientas al servicio del instructor. La clave siempre está en los profesores, pero sin duda, de la teoría a la práctica segura es imprescindible apostar por escuelas con un bagaje y profesionalidad que permitan la formación integral” explican.