Acudir a Roma en viaje de negocios y en verano equivale a pasar un calor sofocante que hay que combatir con algún refrigerio. Visitar Roma como turista, también.

Cuando la canícula aprieta, hay que refrescarse, aunque se encuentren en Roma, capital de dos estados, y la única ciudad del mundo que tiene en su interior un estado extranjero: el Vaticano.

Pero no es en lo único que es única, porque qué les van a contar de una urbe de tres mil años de historia, que acumula la mayor concentración de bienes arquitectónicos e históricos del mundo, y su centro delimitado por las murallas aurelianas es la máxima expresión del patrimonio histórico, cultural y artístico del mundo occidental europeo. Junto a las propiedades extraterritoriales de la Santa Sede y la Basílica de San Pablo Extramuros, fue incluida en la lista de Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO en el año 1980.

En fin, qué les vamos a contar. Tienen que ir. Actividades que realizar durante su visita a Roma no les van a faltar. Incluso alguna aventura romántica como la de aquella película de vacaciones protagonizada por Gregory Peck y Audrey Hepburn les suceda a ustedes.

Pero la capital de Italia es una ciudad que no solo se la visita; hay que vivirla. Para conocerla sería necesario quedarse en ella y vivirla, empaparse de sus calles, sus barrios y la vida intensa que se respira en todos ellos. Encontrarán visitas guiadas a cualquiera de sus monumentos, aunque guías escritas y de bolsillo encontrarán en cualquier librería antes de salir donde les explican sus características con profusión de destalles.

Y Roma, al igual que toda Italia, también es gastronomía. ¿Recuerdan alguna película donde no salga algún italiano explicando cómo preparar los mejores espaguetis al pesto o cualquier otro plato típico italiano? Imagino que no, porque también presumen de ello y la verdad es que con motivos y razones. Encontrarán multitud de guías sobre platos famosos de la cocina romana, y de los mejores locales donde degustarlos. Desde los más lujosos hasta las populares trattorías donde sentirse como un romano más y vivir el ambiente de un pueblo cargado de historia, pero cordial y popular.

Y en esta época, un refrigerio a tiempo es hasta salud. Calor y agotamiento físico y los sentidos embotados de tanta historia y belleza deben refrescarse para continuar, porque siempre hay más que descubrir. Y para ello nada mejor que las afamadas y legendarias heladerías de Roma, serán capaces de hacerles olvidar por un momento la histórica monumentalidad de una ciudad única en el mundo.

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