Estados Unidos es el mayor consumidor y productor de tecnologías ambientales en el mundo y representa alrededor del 35% del mercado global. Dentro de este macrosector, a los segmentos relacionados con el agua les corresponde la mayor parte del mercado: las plantas de tratamiento de aguas residuales (47,8 mil millones de dólares), los servicios públicos del agua (43,7 mil millones) y el equipamiento, instrumental y químicos (cerca de 30 mil millones).

No obstante, la inversión en infraestructuras que se realiza anualmente dista mucho de lo que las estimaciones más conservadoras calculan que se necesita para responder a una demanda continuamente creciente. Por ejemplo, según la agencia medioambiental (EPA), sólo para el mantenimiento de las infraestructuras de agua potable se necesitarán 335.000 millones de dólares hasta 2026. Las necesidades de inversión para el tratamiento de residuos sólidos y aguas residuales elevarían el total hasta los 500.000 millones de dólares. En consecuencia, tanto el gobierno federal como los estados van a tener que incrementar necesariamente la inversión en este tipo de infraestructuras y ello abrirá oportunidades de negocio durante los próximos años.

Adicionalmente, asociado al tratamiento de aguas residuales, son especialmente interesantes las oportunidades que se crearán debido al gran crecimiento que se espera que alcancen las explotaciones de gas de esquisto, ya que la fracturación hidráulica (fracking) utilizada en la extracción de este gas precisa de grandes cantidades de agua, que han de ser tratadas posteriormente.

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