En la actualidad existe una amplia variedad de viviendas y estilos decorativos capaces de adaptarse a todos los gustos, desde los más clásicos a los más modernos, pasando por los ecologistas que apuestan por innovadoras viviendas que llevan por bandera el bajo impacto ambiental, es decir, las conocidas como casas pasivas. El transcurso del tiempo va mostrando distintas tendencias, y mientras que hace años se apostaba por la construcción de viviendas de reducido tamaño, la crisis motivó el retorno a los orígenes, dando una segunda oportunidad a los entornos rurales. Hoy, tras la situación vivida, muchos se han lanzado a la búsqueda de una nueva vivienda que les permita poder disfrutar del exterior en caso de nueva pandemia. Las casas, chalés, adosados o pareados con jardín se han convertido en lo más buscado y los propietarios de ellos, fueron de los más envidiados durante el obligado confinamiento y siguen siéndolo hoy, en la nueva normalidad. Sin embargo, y pese a que buena parte de la población seguirá en su vivienda habitual, lo cierto es que sea cual sea tipo de vivienda elegido y el estilo preferido por sus moradores, existe una característica que es buscada por todos y que hace que cambie