Aunque muchos no lo quieran creer, el espacio de cada oficina es de vital importancia para los empleados. La organización mundial de la salud ha definido, en los últimos años, el “síndrome del edificio enfermo” a la serie de enfermedades que se producen en espacios cerrados contaminados y poco ventilados. Es de gran relevancia pensar en cada espacio de oficina teniendo en cuenta todos sus aspectos: sitios personales, iluminación adecuada, temperatura ideal, ventilación acorde al lugar y a la cantidad de personas que allí conviven todos los días. Además, y por supuesto, el lugar debe estar libre de humo al prohibir fumar. ¿Cuáles son los malestares que pueden corresponder a este particular síndrome? Entre los malestares más comunes se pueden mencionar las náuseas, dolores de cabeza permanentes, mareos y afecciones respiratorias frecuentes. Todos estos malestares provocarán ausentismo en la empresa, y baja productividad de los empleados. Cuando un empleado no está motivado y se siente mal en su puesto de trabajo su rendimiento caerá en forma notable. Todo ello puede producir una alta rotación del personal, impactando en la economía de la empresa de manera negativa. Los espacios de trabajo deben asegurar privacidad y confort en la realización de las tareas, además