Remontándose a 2013, la Unión Europea ya dio un paso al frente para implementar ciertas medidas de ecodiseño que catalogaban con etiquetas las distintas calderas de las viviendas para hablar de sus emisiones. Según los datos de hoy, para cumplir con los objetivos del Pacto Verde Europeo y del acuerdo de París, los países deberán reducir hasta en un 40% las emisiones de los sistemas de calefacción en apenas 8 años. Y eso pasa por la apuesta por las calderas de condensación frente a las convencionales de gas ya que son capaces de reducir las emisiones CO2 y NOx hasta en un 70%, ahorrando además también un 30% de energía, siendo más eficientes, silenciosas y, sobre todo, ahorrando costes en las facturas a la vez que en la contaminación. Las calderas de condensación son un tipo de calderas de gas que aprovechan el calor generado por el vapor y lo utilizan para volver a calentar el agua mientras que las calderas convencionales lo expulsan. Esa es la diferencia que les permite ser más eficientes. “Teniendo en cuenta que actualmente en España tan solo un 4% de los sistemas de calefacción son calderas de condensación frente al 49,3% que representan las calderas normales de