Hace años que agosto se consolidó como el mes de vacaciones por excelencia. Y es que, son muchas las empresas que durante este caluroso mes funcionan a medio gas, no tanto por su deseo expreso, sino más bien por imposición del sector. Los aeropuertos y estaciones de autobuses y trenes se convierten en un hervidero de personas deseosas de llegar a sus destinos. Pero lejos de lo que algunos puedan pensar, las vacaciones no comienzan cuando uno está en el destino, sino que lo hacen en cuanto llega el día de salir de casa para dirigirse a ese tan ansiado destino. Y es que, ese viaje a la estación o aeropuerto en cuestión también ha de ser planificado. Pero en ocasiones las opciones son tantas que la elección del medio de transporte más adecuado para llegar a la estación o aeropuerto se convierte en una tarea harto difícil. Son muchos los factores a tener en cuenta a la hora de decantarse por alguna de las múltiples opciones de transporte público que poseen las grandes ciudades o el empleo del vehículo propio. No obstante, existen determinadas situaciones en las que el uso del vehículo propio es prácticamente obligatorio, haciendo esencial el