Nunca estamos del todo preparados para enfrentar la muerte, más aún si se trata de la nuestra. En nuestro país sólo una de cada 20 personas mayores de 18 años cuenta con un testamento y es que la cultura de la prevención no es una constante en la práctica de las personas. Además, la sociedad ha cambiado: ahora los millennials son una generación pragmática que percibe de forma muy lejana la muerte. Y mientras las generaciones anteriores han sido recordadas con mensajes en sus lápidas, la nuestra lo hará en Internet con la huella digital y es que nuestras vidas persistirán en línea.   Pero más allá de esto, hay algo más cuando se trata de nuestra muerte: nuestros seres queridos. No hay una manera correcta o incorrecta de despedirte de alguien que amas. A veces tenemos la oportunidad de despedirnos cara a cara. Otras veces podemos despedirnos escribiendo una carta o creando algo especial para que nuestros seres queridos encuentren consuelo tras sufrir el dolor de la pérdida. O simplemente facilitando los trámites que nuestra pérdida pueden acarrear.   “Muchas personas no planifican el final de su vida dando por supuesto que llegarán a viejos y morirán en una cama, pero nunca sabemos cuándo puede llegar nuestro momento