Aunque el precio medio de una vivienda en España se sitúa alrededor de los 223.000 euros, la realidad es que lo que se llega a pagar por ella es bastante más. La proptech HiHomie calcula que los gastos que carga una agencia inmobiliaria en el proceso de compraventa incrementan el precio entre un 5% y un 7%, es decir, que se puede llegar a pagar hasta 15 mil euros más. “Son muchas las dificultades y escollos que se encuentran la mayoría de compradores y vendedores para acceder al mercado de la vivienda”, advierte el fundador de HiHomie, Víctor López, que ha lanzado un proyecto inmobiliario en el que apuesta por el entorno digital, tarifas planas y precios fijos sin comisiones, y servicios de intermediación con entidades financieras, para agilizar e incrementar el número de compraventas. “La digitalización nos permite dinamizar el mercado, mejorar la relación entre comprador, vendedor, agente inmobiliario e hipotecario, y trabajar con un volumen mayor de operaciones, lo que al final facilita una significativa reducción de costes”. Además, consiguen bajar de forma considerable el plazo estimado de venta de una vivienda. “Encontramos comprador en una media de 30 días, frente a los 12 o 18 meses actuales”. Las nuevas