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LA DIETA PALEO, ¿NUTRICIÓN PERFECTA O PELIGROSAMENTE OBSOLETA?

Llevamos cierto tiempo oyendo hablar de las bondades de la Dieta Paleo. Una dieta que se ideó con la intención de emular a nuestros más remotos antepasados, allá por el Paleolítico, rica en proteínas y fibra, que evita por completo los alimentos procesados, además de prohibir el café, los cereales y los lácteos, centrándose en lo que nuestros ancestros comían, que era lo que tenían a su alcance. Es decir, está compuesta por lo que puede cazarse o recolectarse: carne, huevos, fruta, verduras, raíces y frutos secos. Y excluye todo tipo de alimentos procesados incluidos cereales, legumbres, aceites procesados, sal, alcohol, café, azúcar, endulzantes y lácteos, pues los animales no fueron domésticos hasta después del Paleolítico.

La Dra. Nùria Paredes, especialista en Medicina General del centro médico de MGC Mutua, nos explica que “los defensores de esta dieta alegan que nuestra genética sigue siendo la misma que hace 10.000 años, y que adoptar los hábitos dietéticos de los prehistóricos es bueno para nuestra salud. Por el contrario, hay investigaciones que aseveran que tanto nuestros cuerpos como los de los animales, así como las plantas que comemos han evolucionado con el tiempo”.

Desde el primer momento, la dieta Paleo ha generado controversia, pues  un aspecto a tener en cuenta, es que no todos los humanos del Paleolítico ingerían la misma dieta, según se demuestra en Human Diet: Its Origin and Evolution, de la Dra. Katharine Milton. Incluso las tribus existentes hoy, cazadoras-recolectadoras, siguen dietas muy dispares. Así por ejemplo, los Inuits, que viven en el Ártico, comen principalmente mamíferos marinos y terrestres, pájaros y pescado, dado que la vegetación allí está limitada a líquenes y musgos. Y los Hadza, que habitan en el norte de Tanzania, ingieren el 70% de sus calorías de las plantas.

Además, el perfil nutricional de casi todos los animales y plantas modernos (o sea, domesticados o cultivados) es drásticamente diferente al de sus antecesores. Las vacas se han seleccionado para proporcionar la mayor cantidad de carne o de leche. Las almendras silvestres contienen un alto nivel de cianuro, perjudicial para la salud. En el paleolítico no existían el brécol, las coles, las coliflores… Un estudio de 147 momias de todas partes del mundo, realizado por investigadores de la Escuela de Medicina de la Universidad de Missouri-Kansas City, mostró señales de arterosclerosis (acumulación de depósitos de grasa en las arterias, lo que se considera una enfermedad del estilo moderno de vida) en más de una tercera parte de ellas.

La dieta Paleo se promociona como una forma de mejorar la salud. Sus defensores aducen que el hombre moderno no se ha adaptado a los cambios provocados por la agricultura, y a esa inadaptación se debe la mayor incidencia de enfermedades crónicas. Si bien es falso que la digestión en los humanos no ha cambiado (hemos desarrollado una tolerancia a la lactosa en los lácteos, por ejemplo), comer menos alimentos procesados, azúcar y sal está en la línea de las mejores prácticas alimenticias.

“Sin embargo, a la vez que suprime los alimentos procesados se elimina también un nutriente esencial, que constituyen los hidratos. Los hombres de las cavernas vivían mucho menos que nosotros hoy día. Esta dieta puede ser buena para adelgazar, pero no está equilibrada. Perder peso también puede hacerse con un régimen equilibrado, que contenga garbanzos, lácteos y cereales integrales”, afirma la Dra. Paredes.

 

Inconvenientes de la dieta Paleo y patologías que pueden causar

• Puede ser rica en grasas saturadas: Comer con moderación alimentos como carne, pescado, huevos y frutos secos puede ser beneficioso. Pero ingerirlos en abundancia puede suponer un exceso de grasas saturadas que, con el tiempo, pueden dañar los riñones y añadir presión al corazón.
• La dieta Paleo es restrictiva: Puede ser difícil de seguir a largo plazo y requiere cierta preparación. Muchos seguidores de la dieta reportan baja energía, mal aliento y problemas digestivos, lo que complica aún más seguirla.
• Puede generar deficiencias nutricionales: Suprimir los lácteos y los cereales integrales es suprimir buenas fuentes de fibra, calcio y vitamina D. Esto va en detrimento de la salud a largo plazo, dada la importancia de la vitamina D y el calcio para la salud cardíaca, los huesos y el sistema nervioso.

“Es muy importante tener en cuenta que si una persona quiere seguir la dieta Paleo, debe hablar primero con su médico de familia o con un especialista en nutrición, pues algunos elementos de esta dieta pueden ser perjudiciales para la salud”, concluye la doctora Nùria Paredes.

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