Nuestro cuerpo presenta distintas señales de alerta como mecanismo de respuesta ante situaciones que enfrentamos diariamente, y uno de los más destacados es la temida ansiedad. Ésta se activa involuntariamente y de manera anticipada frente a escenarios considerados por el cuerpo humano como amenazas o potencialmente peligrosos. Esta respuesta del organismo se ha desarrollo desde la propia existencia del ser humano,  y a medida que la especie ha evolucionado, son más las situaciones generadoras de peligro o de alarma, de ahí que la ansiedad se ha hecho constante en el día a día de muchas personas. Sin embargo, se ha llegado a un punto donde la ansiedad dejó de ser un beneficio para convertirse en un problema que requiere de la atención de un especialista para gestionarse de manera oportuna. En cualquier caso, la ansiedad no debe asumirse a la ligera, por lo que es conveniente distinguir cuando esa sensación constituye un evento real o se trata de una momento puntual o solo estrés.   Tipos de ansiedad Existen, principalmente, dos tipos de ansiedad que se clasifican como fisiológica y patológica. Fisiológica Este tipo de ansiedad surge ante situaciones reales de alerta. Es la que ha sentido cualquier ser humano  a lo largo de la historia y se