"Lo bueno de mi bar favorito es que puedes ir allí a hacer muchas cosas. Puedes ir a jugar a los dardos, a escuchar música, a jugar a las cartas, a tomar unas pintas y a pasar un buen rato con los amigos". Este es un comentario recurrente que hacen millones de clientes que han encontrado un lugar especial al que siempre vuelven y en donde pasan horas consumiendo.  El sueño de todo empresario de hostelería. Incluso, tener una oferta de ocio diferente y variada permite aumentar el precio de las consumiciones habituales, como la cerveza y los refrescos, e incluso permite una venta cruzada de alimentos que pueden tener más margen. La gente paga sin rechistar, aumentando el ticket medio sin demasiado esfuerzo. Aunque no todos los establecimientos de hostelería en Madrid apuestan por ofrecer este tipo de actividades, bien porque piensan que no atraen al público que buscan, o porque creen que no tienen espacio suficiente o porque prefieren evitar incurrir en costes que no tengan que ver con el core de su actividad. Los dardos como oferta de ocio Los dardos son uno de esos clásicos que atraen a jóvenes y mayores en sus momentos de ocio a establecimientos hosteleros. Contra